Lo nuevo en superhéroes. Le ha tocado el turno al “mercenario bocazas” y más políticamente incorrecto de Marvel. Deadpool se estrenó el pasado viernes en los cines norteamericanos sorprendiendo a propios y extraños, arrasando en taquilla con más de 135 millones de dólares —más de 120 millones en euros— recaudados en sus tres primeros días de exhibición. De paso, su protagonista, Ryan Reynolds, se quita la espinita que tenía clavada con el fiasco de Linterna Verde (2011).
Deadpool ha superado todos los récords para una película clasificada “R” (no apta para menores de 17 años si no van acompañados de un adulto) con su recital de violencia, algo de sexo y desnudos, y sobre todo mucho “pene” en su vocabulario. “La mayoría de películas basadas en cómics parecen creadas con el propósito de atraer a niños de 12 años. Deadpool es la primera que parece escrita por uno de ellos. Hilarantemente pueril y profundamente inmadura, tiene toneladas de lo que la MPAA (calificación por edades) denomina ‘contenido adulto’, pero con poco contenido para adultos”, se lamentaba el crítico de Screenrush. Pero no hay que aguar la fiesta, en general, las críticas están siendo buenas y los usuarios de IMDb también la están poniendo por las nubes, llega a los 8,7 puntos sobre 10 de valoración media.
Entre los récords en taquilla que ha superado está el del mejor debut para un largometraje calificado “R”, en poder de Matrix Reloaded desde 2003, con 91,8 millones de dólares; o el de Cincuenta sombras de Grey, mejor estreno de un mes de febrero, con 85,2. Sí, San Valentín ha sido propicio para Deadpool.
A nivel mundial, su cuenta de ingresos suma más de 260 millones, también contabilizados en dólares. No está nada mal para una producción que “solo” ha costado 58. Y, claro, todo esto se traduce en qué traerá “secuelas”. Ya se habla de Deadpool 2. Dirigida por el debutante en el largometraje Tim Miller, a nuestros cines llega este mismo viernes, 19 de febrero.